Bernard de Villèlle – La mente detrás del St. Regis

Dos factores delatan a un buen líder: honestidad y accesibilidad. Y eso se nota en Bernard de Villèle. Con un liderazgo nato, en los dos años que ha estado al frente del hotel, ha logrado elevar la calidad del servicio y la imagen general del negocio, exponencialmente.

- Jorge Eduardo Morales

Bernard tenía seis años. Estaba en Acapulco tomándose su primera piña colada en la alberca del Hilton, junto a su padre. El director del hotel se les acercó y le dijo al pequeño: “Tú podrías ser como tu padre, un gran embajador, o puedes ser como yo, un director de hotel. En las dos profesiones serías ‘embajador’. Tú decide”. Y parece que la piña colada le gustó mucho a Bernard porque se inclinó por la hotelería.

A los veinte años inició sus estudios en L’École Hôtelière de Lausanne, en Suiza. Su llegada a Suiza no fue casualidad. Eligió ese país porque fue el gobierno suizo el que apoyó a la familia de Bernard, residida en El Cairo, a salir del país, en los sesenta, cuando los extranjeros resididos ahí fueron expulsados. Suiza se encargó de llevar todas las pertenencias de la familia de Villèle hasta Veracruz y ese gesto jamás fue olvidado por la madre de Bernard. La disciplina y la búsqueda de la perfección de los suizos fueron absorbidos como esponja por Bernard.