LOS GOLPES DE LA VIDA LE ENSEÑAN A SOBREVIVIR

PEDRO PÉREZ, de SONIDO SúPER DENGuE, quiso ser doctor, pero no lo consiguió; ahora cura las penas de la gente con música

- MARIO ROJAS R

TRABAJó DESDE NI ÑO Pedro tuvo que trabajar de sde los 10 años de bido a que su pad re los abandonó .

Muy temprano, los golpes de la vida enseñaron a Pedro Pérez que la travesía por este mundo no iba a ser nada sencilla.

Creció en una de las zonas rudas de la ciudad, allá por el rumbo de Vallejo, Barrio Bajo de las Salinas, para ser más exactos, y siendo todavía un niño, su padre los abandonó, así que la necesidad de conseguir dinero para subsistir en su familia lo obligó a dejar los juegos infantiles para asumir tempranas responsabilidades. “Uno se tenía que rascar con sus propias uñas, así que empecé a trabajar a los 10 u 11 años. La hice de todo: boleaba zapatos, vendía chicles, barría y trapeaba en los locales; me ocupaba en lo que fuera, el chiste era llevar un poco de dinero a la casa, porque de otra manera en ocasiones no había ni para comer”, recuerda el creador del Sonido Súper Dengue.

Pese a estos apremios económicos, Pedro se empeñaba en estudiar, pues tenía el sueño de convertirse en doctor para ayudar a todo aquel que lo necesitara. “Ese era mi ideal de niño, ser médico para atender a los más necesitados. Lamentablemente, no se pudo cristalizar mi sueño”, dice acongojado.

DEL ROCK A LA CUMBIA