Manuel Montero

Catedrático y ensayista de larga y prestigiosa trayectoria y colaborador habitual de MUY HISTORIA, Montero (Bilbao, 1955) analiza en esta conversación el antes, el durante y el después del terrorismo de ETA y su influencia en la sociedad vasca.

- Fernando Cohnen

Cómo se gestó el terrorismo de ETA?

ETA no nació a partir de problemas seculares ni para luchar contra la dictadura franquista. En los años sesenta, un sector radical del nacionalismo vasco optó por la violencia para luchar por una Euskadi independiente. Su ideario incluía el socialismo revolucionario, la unificación territorial del País Vasco, Navarra y el País Vasco francés y la noción de un pueblo vasco identitario, sin pluralismos.

¿Cuáles son los aspectos más engañosos de la utopía de Sabino Arana?

Todas las utopías son engañosas, prometen paraísos más bien inhumanos. De ahí las barbaridades que estallan cuando se intentan llevar a la práctica. Sabino Arana imaginaba un paraíso formado por vascos raciales, inventaba un pasado independiente y proyectaba una Arcadia feliz, que acabase con “la invasión española”. Era un proyecto tradicionalista, antiliberal, ultracatólico y excluyente.

¿Qué cobertura política e ideológica tuvo la banda terrorista?

ETA se acogió a tesis marxistas, tercermundistas, revolucionarias, guerrilleras, etc., como cobertura del nacionalismo radical. Generó sus apoyos en la comunidad nacionalista y no fue combatida por el nacionalismo moderado, que, si bien discrepó de sus procedimientos, habló también de “lucha armada” –paralela a la política–, no de terrorismo, dotándolo de una suerte de legitimidad.

¿Los grupos antifranquistas fueron indulgentes con ETA en sus inicios?