UN POETA S IN TUMBA Expediente LORCA

La guerra es el jardín de la muerte, pero sus flores no son todas iguales. Entre las miles que segó la Guerra Civil española, pocas alcanzaron la repercusión que tuvo y sigue teniendo uno de los poetas más brillantes del siglo XX, Federico García Lorca, cuyos restos mortales siguen sin ser localizados.

- ALBERTO PORLAN ESCRITOR Y FILÓLOGO

FEDERICO GARCÍA LORCA. La ley del silencio impuesta durante la Guerra Civil y la dictadura convirtió el asesinato de García Lorca (en el retrato) en un misterio lleno de leyendas, sospechas y testimonios, que ochenta y cinco años después continúa sin esclarecerse del todo.

AMISTAD, ARTE Y LITERATURA. La relación entre el pintor surrealista Salvador Dalí y Lorca (en la foto, en Cadaqués) transcurrió, con altibajos, entre 1923 y 1936, y dio pie a colaboraciones artísticas y a un intenso epistolario.

La muerte no solo nos quita cuanto somos y tenemos, sino también cuanto podríamos llegar a ser y tener. En el caso de un artista joven y prolífico, nos hurta además una obra que habría sido patrimonio de toda la humanidad. Cuando Lorca (1898-1936) murió con 38 años, estaba alcanzando la plenitud artística, y a esas alturas de su vida había compuesto nueve libros de versos y doce obras teatrales. Estremece pensar en el legado que nos hubiera transmitido de haberse prolongado su vida 30 o 40 años más, como la de muchos de sus compañeros de generación.

UN GRUPO IRREPETIBLE. En 1927, los miembros de la Generación del 27 celebraron el tercer centenario de la muerte de Luis de Góngora (1561-1627) en el Ateneo de Sevilla. De derecha a izquierda, Rafael Alberti, García Lorca, Gerardo Diego, Mauricio Baccarise, Gastón Blasco, Jorge Guillén, Juan Chabás, Romero Martínez, Dámaso Alonso y José Bergamín.