A los 85 Jean-Luc Godard sigue filmando

Saltó de las páginas de una revista de crítica a la pantalla grande para encabezar una revolución en el séptimo arte.

- Francisco Herrera Coca

La carrera de Godard no inició en una escuela de cine o como asistente de director, sino desde la posición de crítico, cuando con sus amigos Jacques Rivette y Maurice Schérer (quien años después sería conocido como Éric Rohmer) fundó la revista Gazette du Cinéma, publicación que con sólo cinco números sentó las bases para la revolución cinematográfica de los años posteriores. Venía de una familia acomodada; su padre, Paul Godard, era un médico suizo, y su madre, Odile Monod, hija de un banquero francés. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial se asentaron en Suiza, a orillas del lago Lemán, en Ginebra, donde Jean-Luc vivió una infancia que describió como “una especie de paraíso”.

Cuadernos de cine. En 1946 la familia envió al joven Jean-Luc a París a estudiar el propedéutico para entrar a la universidad –quería ser ingeniero–, pero reprobó el examen de admisión. Ese mismo año descubrió su amor por el cine en las salas de la Cinemateca de París y en un cineclub en el Latin Quartier, donde conoció a Rivette, Rohmer y a François Truffaut; este último sería uno de sus más importantes colaboradores.

En 1949 decidió estudiar antropología. En la capital francesa la actividad de los cineclubes era intensa y Godard poco a poco cambió las aulas por las salas de cine, donde descubrió el trabajo de los grandes maestros estadounidenses, entre ellos Howard Hawks, Alfred Hitchcock y sus ídolos personales, Samuel Fuller y Nicholas Ray, quienes en sus países se les consideraba meros artesanos pero ante sus ojos eran grandes autores.