Espido Freire Premio Azorín 2017

Cada cierto tiempo, Espido Freire reclama nuestra atención. Esta vez es con la novela Llamadme Alejandra (Planeta), la historia de la última zarina de Rusia, que ha merecido el Premio Azorín… Espido Freire suma y sigue.

- Marta Farriols

Usted ha ganado premios muy importantes, em-pezando por el Planeta. Ahora le llega el premio Azorín. ¿Cómo recibió la noticia?

Estaba presente cuando se anunció el fallo, con el resto de los finalistas, en el Auditorio de Alicante. Me había presentado con el nombre de mi abuela como pseudónimo, y el anuncio de que era mi novela la ganadora fue un alivio, y una enorme alegría. Pero en el discurso de agradecimiento no pude olvidarme del resto de los finalistas, y de que el que mi novela resultara ganadora resultaba amargo para otros escritores. Yo he ganado premios, sí, pero también sé qué significa no ganarlos, y lo sé desde mi primera novela, Irlanda.

¿Cómo toma contacto por primera vez con la figura de la zarina Alejandra?

En una imagen de un diccionario, en la casa de mis padres, cuando era una niña. Es decir, como suele ocurrir con las obsesiones duraderas, por azar y porque se estableció una conexión emocional, un vínculo inexplicable.

¿Cómo la definiría?

Era una mujer inteligente y sensible, pero con muy mala capacidad para valorar a quienes le rodeaban y sobre todo, muy poca información fiable sobre la realidad. Tímida, defendió su intimidad a capa y espada. Quizás esa timidez le hacía ser rígida, poco adaptable. Intensa, absorbente. Su marido, sus hijos y unos pocos amigos la adoraban, pero no le resultaba fácil el trato social. Exigía mucho de los demás, demasiado para ser una mariposa de la corte.

La Revolución de octubre de 1917 fue sangrienta… Acabó con un régimen trasnochado, pero lo hizo de un modo en ocasiones terrible. ¿Cuál fue el destino de la familia real?