De Las Buenas Costumbres A Las Buenas Maneras

Hoy el cuerpo enfrenta un proceso de violencia cons-tante.

- Rosario Pinelo

A merced de las etiquetas y las normas, que defienden las buenas costumbres, va perdiendo su individualidad para adherirse a la masa. Entre el ser y el deber ser, se le han impuesto una serie de condicionantes a nivel social que impiden al ser humano, sea hombre y mujer, verse y reconocerse con honestidad dentro de su esencia corporal.

Esta y más reflexiones en ese sentido llevaron al sonorense Miguel Mancillas (Premio Nacional de Danza Contemporánea José Limón), director del grupo Antares a crear Las buenas maneras, montaje coreográfico que pone en tela de juicio “las buenas costumbres” que, desde su punto de vista, deben ser replanteadas para que los seres humanos sean felices.

“La obra es consecuencia un poco de mi convivir con jóvenes, quienes se están replanteando una serie de identidades. Jóvenes que argumentan su derecho a tomar decisiones sobre su cuerpo y de definirlo.

“Es claro el nivel de violencia que se está viviendo y para el cuerpo en general; y de esa violencia interiorizada que tenemos, de rechazo hacia todo lo que es diferente. Las buenas maneras es un poco el juego quizá irónico hacia lo que es lo correcto y lo incorrecto, hay muchas imposiciones sociales, el gobierno, la familia, que te dicen que hacer con tu cuerpo.

“Las buenas maneras es un poco tratar de apropiarnos del cuerpo y de las diferencias que podamos tener porque esa diferencia me hace igual al otro.

“Y es que en todo tipo de reglamentos se pierde la individualidad por concepto de lo social. Se entiende que existan para que no haya arbitrariedades pero creo que todas estas reglas ya las podríamos estar cuestionando y pensando otra vez.”