Agnès Varda de 5 a 7

Viajamos al parís de los años 60, donde una incipiente directora de cine, que pronto se convertirá en la gran voz femenina del movimiento artístico Nouvelle Vague, está a punto de rodar una de sus películas más aclamadas.

- Por David Chaumel

Son las 17:00. Agnès se despereza. Se ha quedado dormida después de comer. Ayer se acostó tarde. Estaba inspirada y no pudo dejar de escribir su guion hasta altas horas de la madrugada. Prepara café. Se dirige a la ventana de su casa en la calle Daguerre de París. Habitará en ella hasta el final de su vida, a los 90 años. Pero ahora estamos en 1962 y tiene 34 años. Solo ha hecho unos pocos cortos y una película documental. Agnès se apoya en el quicio de la ventana. Se retira el flequillo que le acompañará toda la vida. Se ajusta el jersey de cuello de cisne. Agarra el café con las dos manos. Observa a los transeúntes. El barrio es perfecto para inspirarse. Agnès observa. La vida cotidiana será una constante en su filmografía. Las personas. La vida. El tiempo. Una pareja coge un taxi. Otros hacen cola en la panadería. Unos estudiantes corren hacia el autobús. Mira cómo se mezclan las generaciones. Los tiempos están cambiando. Agnès no lo sabe, pero será uno de los máximos exponentes del cine francés de los sesenta. Será conocida como "la abuela de la nueva ola", del movimiento de la nouvelle vague.

ESBOZANDO EL PERSONAJE