SI YA NO PUEDES QUEDARTE EN CASA

EL CLIMA SE HA VUELTO LOCO, LA TIERRA NO ESTÁ DANDO SUS FRUTOS Y LA ÚNICA OPCIÓN ES IRSE. NOS ALOJAMOS EN GUATEMALA CON FAMILIAS QUE SUEÑAN CON CRUZAR LA FRONTERA CON ESTADOS UNIDOS. ¿PUEDE DETENERLOS UN MURO? ¿O UNA SEMILLA DE GIRASOL SERÁ SUFICIENTE?

- Alberto Giuliani

La vida en el bosque alrededor del pueblo de San Miguel Acatán (provincia de Huehue tenango, en el norte de Guatemala. Don Pedro (aquí con la familia) cultiva café desde hace generaciones, pero el cambio climático lo ha hecho económicamente imposible. Tiene once hijos, dos de ellos viajan hacia Estados Unidos.

La plaza de San Miguel de Acatán, uno de los pueblos desde el que parten los migrantes.

Pueblo Viejo. En estos pueblos, las cabañas de adobe y hojalata convi ven con edificios tan estridentes como el de la imagen en este contexto de pobreza. Son los ho gares de quienes tuvieron la suerte de entrar a Esta dos Unidos y conseguir un trabajo en las planta ciones de Texas o en la entrega de comida a domicilio.

EL VIAJE QUE LES ESPERA NO ES DIFERENTE AL DE LOS QUE LLEGAN A NUESTRO PAÍS

El color del pasaporte es un poco como el color de la piel. Hay que aguantarse con lo que el destino te ha deparado. Al igual que con la miseria, que es igual en cada rincón del mundo. Es difícil encontrar la culpa en aquellos que no se las arreglan para poner un plato de sopa en la mesa al día. Tal vez víctimas del sistema; tal vez de su propia ignorancia, porque si el calentamiento global robó las lluvias, no tiene sentido sembrar maíz y café. No crecerán. Ni grano, ni garbanzos ni girasoles.