Camaleónica y vital

La actriz de Hollywood, Jessica Chastain, no es una belleza más: ha sido precursora de la elección de personajes feministas y lo mismo ha trabajado en Blockbusters que en películas de culto.

- Por Gabriella Morales-Casas 

Su belleza cálida en contraste con la mirada fría que adentraba en el dolor de su personaje en Three of Life, la hizo llegar al alma de muchas personas. Esta pieza que pertenece al cine de autor, obra del cineasta Terrence Malick, puso a Chastain en las grandes ligas de la cinematografía, que en aquel año 2011 vio en las pantallas del mundo superhéroes al por mayor.

Chastain no sólo tenía una belleza original con su personalísimo pelo rojizo y pecas, sino una versatilidad actoral excepcional, producto de su formación en la prestigiosa escuela de artes Julliard y años de experiencia en las tablas teatrales actuando a Shakespeare y a Oscar Wilde. Con su profundidad, fue capaz también de encarnar a una insegura mujer estadunidense de provincia en esa maravillosa comedia que es The Help, protagonizada por Emma Stone, o a una temeraria general en Medio Oriente, en Zero Dark Thirty, dirigida por la ganadora del Óscar, Kathryn Bigelow.

El marco de elección de sus personajes parece muy claro: deben evolucionar, aportar al crecimiento del concepto femenino desde todas sus aristas, incluida la belleza, porque Jessica es una mujer comprometida con el feminismo y con su papel como figura pública para hacer valer su voz a favor de ello. Esa es su bandera: el empoderamiento a través de la actuación, sus campañas y también la crítica hacia quienes desestiman el poder de una mujer por derecho propio.

No por nada regañó a los guionistas de la famosa serie Game of Thrones por Twitter, al considerar que trataron al personaje de Sansa como una víctima, “cuando su fuerza predominante se la debe a ella sola… sola”.