BUSCANDO EL RUMBO

TRAS HACERSE CON EL GRAND PRIX DE LA CRÉATION HACE UNA DÉCADA, IONNA VAUTRIN COMENZÓ UNA EXITOSA CARRERA DISEÑANDO PARA FOSCARINI, BOSA O FERRALUNGA. EN 2019 SINTIÓ QUE SU TRABAJO HABÍA PERDIDO SENTIDO, Y SE REFUGIÓ EN EL CAMPO PARA REPENSARSE. AHORA NOS LO CUENTA

-  Andrés Rubín de Celis

Ionna Vautrin (1979) La diseñadora bretona cierra ahora un paréntesis de tres años sabáticos durante los cuales ha repensado críticamente su oficio.

Tras graduarse en l’École de Design de Na ntes Atla nt ique, trabajó para Camper en nuestro país y, en París, en el estudio de sus paisanos Ronan y Erwan Bouroullec. Un premio de repercusión internacional la ayudó a establecerse por su cuenta y empezó inmediatamente a diseñar para editoras francesas e italianas. Justo antes del huracán de la pandemia compró una casa en el campo y empezó a reflexionar sobre la industria del diseño y su papel dentro de ella. Y encontró su solución: “La única manera de poder controlar realmente lo que haces es empezar de nuevo, de la ‘a’ a la ‘z’. Borrón y cuenta nueva”. Tan locuaz como decidida, nos habla a las claras –en un casi perfecto castellano– de todo lo que le ha pasado en los últimos tres años.

¿Qué significa la palabra ‘diseño’ para ti desde tu experiencia?