¿Avergonzada? Sí, ¡correcto!

La vergüenza es una emoción importante pues gracias a ella podemos superarnos a nosotras mismas. ¿Más alto, más rápido, más lejos? Debido a estas situaciones es probable que nos hayamos propuesto una meta por alcanzar. Situaciones vergonzosas, thanks!

- Por Moritz Pontani

Practicar yoga es un gran propósito y, sobre todo, una muestra de fuerte determinación. Despejará tu mente, te relajará y permitirá que te conectes contigo misma. Y cuando menos lo espe-res, seguramente dirás algo como: “¡Oh, este estiramiento es agradable!” o quizás algo más cercano a un “¡Ups, se rompió!”; así sabrás que realmente algo está pasando. Estar entre 30 personas concentradas en su cuerpo y especialmente en su respiración, puede ser peligroso, pero hay algo que sin duda debes evitar en todo momento y en todo lugar público: los gases. Seguramente, ni en el peor de los casos, ¡jamás!, había pasado este pensamiento por tu mente, pero ¿qué crees? Sucede. Y cuando suele pasar, los gases dejarán la sutilidad para la comodidad de tu hogar y harán lo posible para hacerse escuchar fuerte y claramente.

¡No, ni modo! La vergüenza inundará la habitación que está llena de incienso y poco a poco rodará inevitablemente por todos los tapetes del lugar; en particular, este momento parecerá que lo vives en cámara lenta.

“La vergüenza es dolorosa, pero en lugar de meter nuestra cabeza en un hueco en la tierra, deberíamos decir: ‘¡Felicidades, lo lograste, estás avergonzada!, aunque suene extraño”, dice emocionado el doctor en sociología Stephan Marks. La vergüenza es, erróneamente, conocida por hacer miserable tu existencia, bueno, para algunos, pues ¿qué puede ser más grande que este sentimiento de autoexposición y de humillación?