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Determinada, fuerte y sofisticada, así es Belinda, quien tiene toda la nobleza de corazón necesaria para alcanzar cualquier sueño. En su primera portada para Harper’s Bazaar se confiesa.

- Por Dulce Villaseñor. Fotografías Carlos Ruizc

Diecinueve de septiembre de 2017. La catástrofe y el caos invaden a la Ciudad de México, tras el terrible terremoto de 7.1 grados en la escala de Richter. En redes sociales, ciudadanos comienzan a publicar videos de lo ocurrido, e inician una comunidad virtual para, por medio de Twitter, Facebook e Instagram, organizarse y ayudar al rescate de personas atrapadas, dar albergue a quienes perdieron su casa y reedificar una urbe colapsada. Entre ellos estaba Belinda, quien, junto con su hermano, acudió a recolectar víveres, a convocar a sus seguidores a sumarse y a visitar zonas afectadas para participar directamente en la reconstrucción. Además de su presencia, la cantante buscó apoyar mediante su fundación Gaia Planeta Azul –creada en 2014 con el objetivo de defender al planeta y a la naturaleza–, con la cual ha ayudado a mucha gente a tener, de nuevo, un hogar. Así, ella se alejó del glamour de la farándula –meses antes se encontraba en las calles de Miami, en la alfombra roja de la cinta Baywatch, donde compartió créditos con Zac Efron– y se sumergió de lleno en su necesidad de levantar la mano por un país que ama y, cuyo amor, por cierto, es correspondido. Meses después de la tragedia, estamos con Belinda, quien nos recibe con una sonrisa cálida y toda la paciencia del mundo, pues es capaz de soportar poco más de 12 horas de sesión y, todavía, ordena rollos de sushi para todos. Esa chica es la que capturamos en Bazaar; una mujer elegante, resuelta y segura de sí misma, lista para decir, al igual que México, #AquíSigo. 

¿Cómo ha cambiado con el tiempo tu concepto del amor?