El big bang del sistema inmunitario

Tu cuerpo es tu castillo y, gracias a la evolución, dispones de un ejército interior sofisticado y bien organizado para defenderlo. ¿Cómo surgió? ¿Tenían sistema inmunitario los organismos unicelulares de hace miles de millones de años? Una tesis plausible indica que se ha fraguado desde hace unos 450 millones de años, en los vertebrados con mandíbula.

- Luis Miguel Ariza

La ilustración que contemplas no es una fusión de dos agujeros negros, sino la de un linfocito B, un tipo de célula defensiva que produce anticuerpos para neutralizar a cualquier enemigo que logre colarse en nuestro organismo.

Virus como el del covid-19 se transmiten fácilmente a través de las gotículas que expulsamos al hablar, al toser y, sobre todo, al estornudar sin cubrirnos.

Las células de inmunidad luchan contra los vectores de virus.

Un mosquito infestado de malaria acude durante la noche para picarte mientras duermes; un virus contagioso viaja por el aire en las gotitas expulsadas por la boca de alguien infectado que esta ha blando cerca de ti y se introduce en tu nariz y boca; una toxina bacteriana procedente de un alimento en mal estado se abre camino desde tu estómago hasta el torrente sanguíneo...

Vivimos en un mundo dominado por billones de virus y bacterias. Nuestras defensas inmunitarias se encargan de mantenernos vivos frente a sus constantes ataques, pero el origen mismo de esos defensores sigue siendo un misterio para los propios inmunólogos. Su funcionamiento es complejo y exquisitamente sofisticado, en cuanto a tres líneas de defensa, según nos explica Alfredo Corell, catedrático de Inmunología de la Universidad de Valladolid.