Entrena mejor, no más fuerte

La constancia y la disciplina son mejores para progresar que intentar darlo todo en cada entrenamiento.

ES FÁCIL CAER en la trampa de pensar que para mejorar hay que ir al límite cada vez que te pones las zapatillas o cada vez que haces una sesión de velocidad. Pero esa estrategia puede provocar que nos quememos y que dejemos de mejorar en nuestras carreras.

• Riesgos de querer darlo todo

Correr es algo que se puede medir fácilmente, y requiere mucha confianza en uno mismo y no intentar superarnos en cada sesión. Una de las frases que más repito a los atletas a los que entreno es que el entrenamiento, concretamente las sesiones rápidas, está pensado para ponerte en forma y que estés más preparado, no para juzgar tu forma física. Pero la tentación de mirar los números sigue ahí.

Existen algunas razones por las que darlo todo en todos los entrenamientos probablemente hará que limites tus progresos. Cuando lo das todo estás añadiendo mucho estrés a tu cuerpo y a tu mente. Esto puede derivar en que nos quememos física y mentalmente, lo que puede dificultar seguir entrenando de manera constante a largo plazo. Lo que hace que nos pongamos en forma es adaptarnos al entrenamiento, así que la clave es dosificar bien el estrés. Mucho estrés hará que no te adaptes de manera constante, pero entrenar con cabeza y sin excesos te llevará a obtener mejores resultados a largo plazo. Esto significa buscar el punto justo entre esforzarte lo suficiente para mejorar, pero no tanto como para que estés siempre a punto de quemarte. El objetivo es centrarnos en hacerlo de manera constante. Con el tiempo, con este acercamiento mejoraremos más que si nos llevamos al límite.