Check in St. Anthony: Moldear una ciudad

A diferencia de otros hoteles, el St. Anthony se concibió para atraer negocios y desarrollar el San Antonio que conocemos hoy día.

- Por Marissa Espinosa

El Haunt Bar es el mejor lugar para conocer la historia no escrita del St. Anthony y sus huéspedes famosos.

Son los años cuarenta del siglo XX. Tras varios cientos de kilómetros bajo el sol texano y entre la polvareda difícil de evitar, es probable que no estés en tus mejores galas para entrar a Peacock Alley, el fastuoso vestíbulo del hotel St. Anthony y el lugar perfecto para hacerse notar por la crema y nata de la sociedad sanantonina. El sudor y el cansancio demandan un cuarto cómodo, por lo que manejas directo al motor lobby, en la calle Jefferson.

Luego de registrarte bajo la fresca modernidad del aire acondicionado, subes por un elevador discreto hacia el piso de tu habitación. A la hora de la cena, estás listo para escu char un ensamble de cuerdas o una presentación en vivo; a lo lejos observas brindar al presidente Lyndon B. Johnson y a Lady Bird.

Para la ciudad, el St. Anthony es más que un hotel lujoso: es una institución gracias a los negocios, los festejos en honor a la ciudad, la visitas de la realeza y las celebridades, así como los misterios que han tenido lugar aquí desde hace 111 años.