La rebelión de las piedras

VICTOIRE DE CASTELLANE ofrece una insólita mirada sobre el palacio de Versalles en su última colección de alta joyería para DIOR. Hablamos de mujeres, alhajas y erotismo con la diseñadora que ha desafi ado todas las convenciones de su oficio.

- Eugenia de la Torriente. Fotografía de Robert Polidori para Dior

Christian Dior ansiaba recuperar el esplendor de Francia y el palacio de Versalles, símbolo de la grandilocuencia estilística del siglo XVII, resultaba un lugar muy propicio para mandar su mensaje alto y claro. Por eso hizo que el fotógrafo alemán Willy Maywald retratara su primera colección de moda, en 1947, frente a los imponentes jardines y salones. Dejaba así sellada la asociación entre el majestuoso estilo de su casa de costura y el templo del absolutismo real y el arte clásico francés. Desde entonces, el nexo se ha reforzado con una acción de mecenazgo que comprende desde obras de restauración hasta las exposiciones contemporáneas de Anish Kapoor u Olafur Eliasson, y con acontecimientos tales como el fastuoso desfle de conmemoración del 60o aniversario de la frma, que llenó de olor a paella y de sonidos famencos –gentileza del entonces director creativo, John Galliano– los jardines de la Orangerie.