CELINA DEL VILLAR Y MARIA IBARRA: LA DUPLA DE MODA NOS HABLA DESDE EL CORAZÓN

«Desfilar con mi hija me hace llorar, me emociona muchísimo. No es común que una mamá siga en là pasarela y que su hija esté en la misma profesión

CELINA del Villar y María Ibarra no dudaron ni un minuto cuando David Salomón les propuso protagonizar un desfi le en Mérida con prendas de su última colección, Nua. «No tengo más que agradecerle a David que haya pensado y confiado en nosotras. Me hace sentir muy honrada que me haya dado ese momento de abrir el desfi le y de cerrarlo con uno de sus “outfi ts” preferidos de la colección», nos cuenta Celina, una dama siempre. Madre e hija han logrado una complicidad muy especial, en lo personal y en lo profesional: se entienden sin hablarse, se respetan profundamente y cultivan su individualidad. No es que una siga a la otra, ni que una ceda la estafeta a la otra, son dos que caminan de la mano, se aplauden en los proyectos comunes y saben soltarse cuando las circunstancias así lo requieren. Ellas son las embajadoras perfectas de un concepto de la moda que aboga por la belleza, la creatividad y la inclusión. En estas líneas, nos hablan con toda franqueza de cómo es trabajar juntas, pero también desus sueños e ilusiones y de su mirada sobre hacia dónde camina la moda, en general, y la mexicana, en particular. Para Celina y María, la moda es un lenguaje universal.

—Celina, verte desfilar es un espectáculo. Puro arte. Antes de salir a la pasarela, ¿en qué piensas?

—Siempre pienso en tecnicismos. Por ejemplo, en que los zapatos me queden cómodos. Es importante pisar la pasarela y tener en mi mente el trazo de lo que tenemos que hacer para no estar pensándolo a la hora del desfi le, sino realizarlo de manera automática y que no estorbe en lo mío, en lo que realmente quiero sentir sobre la pasarela.

—¿Y qué quieres sentir?