Pura VIDA

En lo que a conservación se refiere/ningún otro país tiene la misma reputación que Costa Rica. Con su enorme variedad de parques nacionales y un compromiso con la energía renovable, viajar a esta nación de solo cinco millones de habitantes, se ha vuelto sinónimo de, un hospedaje sostenible, recorridos comunitarios y una biodiversidad extrayagante. Sus ecosistemas, desde el bosque de niebla hasta la costa caribeña, sugieren que hay mucho que proteger y más que experimentar./ Escucharás a los lugareños referirse a "la pura vida" frase breye pero llena de matices que expresa el verdadero propósito de los seres humanos. Al visitar Costa Rica, empezarás a entender su significado.

PROVINCIA DE LIMÓN

EN LA FRONTERA DEL ecoturismo 

A orillas del Parque Internacional La Amistad, que se extiende más allá de la frontera sur de Costa Rica hacia Panamá, un hombre ha transformado un alojamiento en una de las escapadas ecoturísticas más auténticas de esta nación

“Hace mucho que no llueve”, se queja Jurgen Stein, de pie bajo lo que, estoy seguro, es lluvia. Volteo la palma hacia el cielo para que unas gotitas me caigan en la mano.

—Ah, ¿esto? —pregunta, con lo que parece un tono un poco burlón, el propietario de Selva Bananito Ecolodge, junto a la costa caribeña en el sur de Costa Rica—. Esta no es lluvia de verdad. Cuando aquí llueve, no se escucha lo que platicamos.

De padres alemanes, nació en Colombia y lleva décadas viviendo en Costa Rica. Aunque él no utiliza el término, también queda claro que es una especie de ecoguerrero, atrincherado en la vanguardia de la batalla por el futuro de la región.

Es habitual que promocionen el país como una utopía verde; tal vez sea la única nación latinoamericana —si no es que de todo el mundo— que se está tomando en serio la crisis climática.

Jurgen me da un recorrido por su propiedad en las faldas de las montañas Talamanca y me explica que las cosas no son así de fáciles.