Un Emprendedor Con Punteria

Esta cadena de restaurantes es obra de un solo hombre: el tapatío Martín Santaella, quien tuvo la ocurrencia de vender alitas de pollo en México cuando nadie lo hacía. Puso a prueba su receta con sus familiares, le dio un concepto visual a sus locales y aprendió el esquema de franquicia.

- Ismael Jimenez Marquez

Una de las marcas de franquicia que más han crecido en los últimos años es Wing’s Army, surgida en Guadalajara en 2005. Hoy tiene más de 182 restaurantes y la cuenta sigue en aumento; se abre más de una unidad al mes, en promedio. El estratega detrás de esta cadena es Martín Santaella, ceo y fundador, quien, después de un viaje a Estados Unidos, decidió desarrollar su propio concepto de alitas, una botana que tuvo su origen en Búfalo, Nueva York, y que hoy rivaliza con el guacamole por la preferencia de los telespectadores estadounidenses en eventos como el Super Bowl.

En el último lustro, los participantes en este subsegmento de mercado se ha quintuplicado hasta casi 300 jugadores, con nombres como Hooters, Las Alitas, Vancouver Wings, Wingstop y Buffalo Wings, entre otros.

La mejor arma de Wing’s Army es la fórmula secreta de sus salsas, creadas y diseñadas por Santaella.

MOMENTO DE INSPIRACIÓN

Santaella estudió Arquitectura, pero la abandonó para dedicarse a la venta de artículos de papelería especializados de alta gama para arte, diseño y arquitectura.

Santaella, como amante del buen comer, observó, durante el viaje que hizo a Estados Unidos en 2002, la forma en que su hijo devoraba unas alitas que había ordenado en un restaurante.

Ese concepto de comida no existía en México, así que investigó cómo se elaboraban y comenzó a experimentar en su propia casa, mezclando él mismo diferentes ingredientes y sabores, con el fin de encontrar algo que resultara diferente y único.