Hay atletas que merecen ser conocidos en cada rincón del mundo y Eduardo no es la excepción. Desde hace 15 años él ha dedicado su vida al deporte, pero sobre todo al judo. Entre sus logros cuenta con dos medallas de oro paralímpicas y un bronce. También ha sido campeón mundial en repetidas ocasiones, así como parapanamericano.
Muchas veces las historias más grandes empiezan por situaciones curiosas, Eduardo llegó al judo gracias a sus padres. “Fue por influencia-obligación. Mi mamá y mi papá me vieron bastante mal en cuanto adaptación, desarrollo, y como mi padre fue entrenador nacional de judo en ese entonces, me llevaba con él después de la secundaria”. Fue así como incursionó en el mundo de las artes marciales. Él nos cuenta que no le gustaba e intentó renunciar varias veces, “ahora se lo agradezco a mi papá por no permitírmelo”.
MIS PRIMEROS JUEGOS PARALÍMPICOS: BEIJING 2008
Para estas fechas, Eduardo ya tenía cinco años practicando el deporte. En esta época tuvo altos y bajos. Entrenaba, competía, a veces ganaba, en otras perdía (lo cual no le gustaba nada), pero seguía entrenando sin parar. Hasta que un día empezó a tener buenos resultados en olimpiadas nacionales y universiadas. Cuando ganó su primera universiada nacional, fue invitado automáticamente a entrenar con la selección mexicana de judo en 2007, “fue lo mejor que me ha pasado… tuve la oportunidad de desarrollarme como deportista, como persona. Me brindó muchas oportunidades”, y de ahí tuvo su primer gran resultado en Brasil y gracias al mismo, le dijo ‘hola’ a los Juegos Paralímpicos.
Denne historien er fra Mayo 2018-utgaven av Sport Life México.
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