Gianfranco Ferré - El arquitecto de la moda

En efecto, estudió arquitectura, pero decidió dedicarse a la moda y abrir su propia firma en Italia. Su éxito lo llevó a ser contratado por la maison francesa Christian Dior y se convirtió en uno de los grandes de la alta costura.

- EUNICE CASTRO ORCHILLES

Historias 60 años

El diseñador italiano nació en Leg-nano, en la región de Lombardía, cerca de Milán, en el seno de una familia de la burguesía conserva-dora industrial. Luigi y Andreína Ferré, sus padres, tuvieron dos hijos: Gianfranco y Alberto, a quienes inculcaron valores como el trabajo, el estudio y el ahorro.

Desde temprana edad, Gianfranco dio muestras de su gran creatividad, ya fuera en dibujos, trabajos manuales o en la decoración de cualquier festejo. Sus padres solían comentar orgullosos:

—¡No hay duda de que tenemos un artista en casa!

Y, claro, no imaginaban que un día sería un distinguido diseñador de moda de fama internacional, con un sello muy personal. Luigi no pudo verlo porque murió joven, dejando a sus hijos huérfanos.

Gianfranco contaría tiempo después que se “crió con cierta elegancia en una casa llena de gente, que funcionaba con un orden perfecto. Mi familia paterna tenía una pequeña industria de piezas para bicicletas. Al morir mi padre, mi hermano y yo crecimos entre mujeres, en un mundo superprotector, pero con una educación severa. Ahora me acusan de ser un estajanovista (trabajador incansable) del diseño, y es así. Trabajo sin parar, en el coche, en el avión…”.

En su viudez, su madre Andreína contó con la ayuda incondicional de sus queridas hermanas Rina y Virginia, que criaron junto con ella a sus sobrinos.

—Ambas tías, que nos adoraban, se convirtieron en nuestras segundas madres —contó Ferré.