CUANDO EL SPA ESTÁ EN LA PLAYA

Baños de sal, de arena y de barros naturales; exfoliación de piernas y talones; chutes de vitamina D; música en directo para meditar gracias al sonido de las olas... La playa esconde un spa natural que te ayudamos a descifrar con estas claves de experto. Como decía la escritora Karen Blixen, la cura para todo es el agua salada.Y no le faltaba razón.

Caminar por la playa, tumbarnos sobre la arena caliente, incluso exfoliarnos con barros naturales... El mar y la playa son un spa natural con múltiples recursos que empiezan, directamente, por darse un baño. Sumergirse en el mar tiene un efecto relajante para los músculos, antiinflamatorio, neurorregulador e incluso analgésico -varios estudios científicos han concluido que bañarse en agua de mar eleva el umbral del dolor-. Así que ir a la playa y meterse en el mar es una terapia en sí misma, un gran relajante natural y ayuda a desestresarse y a rebajar la ansiedad, igual que cuando salimos de una sesión de spa profesional. Y es que, según la Sociedad Española de Talasoterapia (SET), el agua del mar tiene una composición compleja rica en cloruro de sodio, cloruro de magnesio y cloruro de potasio, entre otras cosas, y guarda muchas similitudes con el plasma sanguíneo. Debido a este paralelismo, el cuerpo absorbe mediante ósmosis estas sustancias presentes en el mar que ayudan a mejorar nuestra salud y elevan nuestro bienestar general.

Lanzase al barro