La muerte de su hija Rocío el golpe que nunca superó

La joven, de 16 años, falleció en un terrible accidente de coche cuando volvía al internado en el que estudiaba tras pasar las Navidades en casa

Rocío creció sin padre y al cuidado de sus abuelos. Le costó aceptar a Pepe Sancho, pero él enseguida se ganó su cariño.

NO le gustaba hablar de ella, porque nombrar a Rocío abría en el corazón de María Jiménez una herida tan profunda que a veces le impedía hasta respirar. "Dios me la dio y Dios me la quitó", se limitaba a decir las pocas veces que recordaba lo que fue la mayor tragedia de su vida: la muerte de su hija mayor. Había sido madre soltera con 18 años y todos sus sacrificios y esfuerzos habían sido por garantizarle un futuro.

En la madrugada del 7 de enero, el teléfono despertó a María en su casa, que ya no compartía con Pepe Sancho pues llevaban unos meses separados. No imaginaba que esa llamada iba a romperle el corazón y la vida.

Era un agente de la Guardia Civil de Madridejos, una localidad de Toledo, para informarle de que su hija Rocío había sufrido un accidente y no había sobrevivido.