Antonio Flores El día que decidió irse con mamá

No pudo resistir el dolor por la muerte de Lola Flores y tan solo dos semanas después de su adiós, el 30 de mayo de 1995, se lo encontraron sin vida en su casa

Antonio Flores nos dijo adiós demasiado pronto y cuando estaba disfrutando de sus mayores éxitos.

A NTONIO Flores ha aparecido muerto en su casa... Todavía resuenan esas palabras, anunciadas y repetidas por todos los medios de comunicación aquel 30 de mayo de 1995. Todavía hoy, 29 años después, resultan increíbles. En esos momentos España todavía estaba conmocionada por la pérdida de Lola Flores, ocurrida catorce días días antes, cuando ahora había que decir adiós a su hijo. Tan solo tenía 33 años.

Lola siempre se mostraba protectora con su hijo.

La cronología de aquel día terrible comienza en las sombras de la cabaña en la que vivía Antonio: una construcción de madera ubicada en el jardín de El Lerele, la residencia familiar de La Faraona en la urbanización madrileña de La Moraleja.

Lola Flores, posando con sus tres hijos en su casa en los años sesenta.

Este era el refugio donde el artista se encerraba en la intimidad para inspirarse y hacer su música. Allí vivía desde su separación de Ana Villa, la madre de su única hija, Alba. Fue la propia Lola la que mandó construir la caseta, pensando en tener siempre cerca a su hijo. Antonio la había decorado con fotos y cuadros de indios americanos y no faltaba un tocadiscos y su inseparable guitarra para componer.

Fotograma de la película El taxi de los conflictos (1969), con Antonio y Rosario en una breve intervención.

Fue un fatídico martes. Entre las cuatro y las cinco de la madrugada (la misma hora a la que falleció su madre), Antonio Flores daba su último aliento. Lo encontraron a la mañana siguiente, alrededor de las nueve, Irene y Chelo Vázquez, las hermanas Chamorro, que se habían quedado a su lado. Antonio estaba en su cama, ya sin vida. Los servicios médicos nada pudieron hacer por él. Un cóctel de barbitúricos y alcohol fue la causa oficial del deceso.