Desde que el mundo es mundo (antes, incluso, si nos atenemos a la Biblia) la serpiente ha surcado tiempos, civilizaciones y libros sagrados con una profusa (y variopinta) carga alegórica. En el Antiguo Egipto, el sinuoso reptil encaraba las dos caras del poder: el bien, simbolizado por la cobra o Uadyet, relacionado con la fertilidad de los suelos, la afluencia del agua, el sol y la protección; y el mal, asociado a las fuerzas que vivían en Duat. Similar significado entrañaba para los mayas, que lo relacionaban con el viento y el agua; en Perú, Amaru, la serpiente alada, era el comunicador entre el cielo y la tierra, sumando la sabiduría a la ecuación; en la Antigua Roma, Esculapio, el dios de la medicina, tenía forma de serpiente, a la que se le atribuía el don de la sanación.
"Los mayas relacionaban la serpiente con el viento y el agua; en Perú, la serpiente alada era el comunicador entre el cielo y la tierra, sumando sabiduría”.
Denne historien er fra Junio / Julio 2023-utgaven av Harper's Bazaar en Español.
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