¡SOY SUFICIENTE! La frase que no pasa de moda

Durante los últimos años, la cultura del bienestar ha ido en auge; lamentablemente, también se ha convertido en una peligrosa y agresiva carrera de aprobación y reconocimiento del exterior soltando nuestro poder hacia afuera, esperando que alguien más nos apruebe y nos diga: perfecto, finalmente eres lo suficientemente bueno como para merecer mi amor o un mejor puesto (incluso hasta un mejor trato).

-  Javier Robles

No nos damos cuenta de que tan agresiva es esta búsqueda de bienestar en la que, en algún momento, todos hemos caído, pues de pronto nos encontramos viviendo la vida como si se tratara de una prueba: como si tuviéramos que impresionar a alguien para que nos afirme si somos o no suficientes. Esto nos tiene al borde de una neurosis no solo personal sino también a escala social porque, de cierta forma, todos estamos tratando de complacer, de quedar bien con alguien y, paradójicamente, generamos lo contrario. Nos hemos vuelto demasiado exigentes, nos presionamos todo el tiempo para ser perfectos, para hacer todo impecable, no tanto porque así lo queramos sino porque pensamos que así nos reconocerán o incluso, solo así nos amarán. Pocas veces son las que nos paramos a preguntar de dónde viene todo ese deseo, ese ansioso objetivo de ser “perfectos”, pues todo se resume en el deseo inconsciente de que llegue alguien y nos diga si somos o no suficientes.