La Carretera De Dracula

Transfăgărășan. Un nombre tan difícil de pronunciar como de escribir. Pero a su vez, difícil de olvidar. Una de las mejores carreteras del mundo, en las profundidades de Rumania.

- Adrián Lois

Existen muchos motivos para visitar Rumania. Sus pai-sajes, sus tradiciones, sus rutas de senderismo… y una carretera. Si eres un apasionado de los coches, quizá deberías meter a Rumania en tu lista de futuros destinos, solo por darte el gusto de conducir por la Transfagarasan. Esta carretera, de nombre casi impronunciable, está catalogada como una de las más espectaculares del mundo. Son 151 kilómetros que discurren a través de los montes Fagaras, en los Cárpatos meridionales del país. 151 kilómetros plagados de una belleza paisajística suprema, de curvas de todo tipo y condición, tramos serpenteantes que harían las delicias de cualquier piloto del Mundial de Rallies.

La construcción de la Transfagarasan se remonta a los años 70 del siglo pasado. Nicolae CeauÈ™escu, dictador por aquel entonces del país, temeroso tras la invasión de Checoslovaquia por parte de la URSS en 1968, pensó en una medida preventiva contra el ejército soviético. Así, en 1970, arrancó su construcción, que se alargaría hasta el 20 de septiembre de 1974, fecha de su apertura, aunque no adquiere su diseño actual hasta 1980. CeauÈ™escu quería un acceso militar rápido a través de las montañas, una nueva ruta más fácil para defender que los pasos ya existentes en Rumania. En su construcción participaron, principalmente, miembros de las fuerzas armadas del país, algo que se volvería en su contra: y es que, poner a gente sin experiencia en estas lides y en el tratamiento de explosivos (se usaron seis toneladas de dinamita), sumado a la climatología extrema y la altura, terminó con alrededor de 40 soldados pereciendo durante los trabajos. Extraoficialmente, se habla incluso de centenares de fallecidos.