Del Cielo Al Quirofano

Un material del sector aeroespacial abrió la puerta a Carlos Monroy para desarrollar implantes biocompatibles a través de Granta, compañía que fundó y que hoy es la sexta en el mundo en ofrecer este tipode soluciones a nivel internacional.

- Gilberto Aquino

Hace 40 años Imperial Chemical Industries, compañía británica de soluciones químicas, desarrolló el PEEK (poliéter éter cetona), un termoplástico de alto desempeño que a la postre se convirtió en un material útil para las industrias aeroespacial y automotriz debido a su resistencia a altas temperaturas (hasta 250 °C), al vapor de alta presión y al desgaste.

La compañía desapareció en 1993 para dar paso a la británica Victrex, pero su legado hoy es pieza clave en la industria de implantes médicos biocompatibles (no tóxicos y resistentes a la corrosión), un nicho que ha permitido al mexicano Carlos Monroy competir en el estrecho mercado de los implantes personalizados, a través de Granta, empresa que fundó hace seis años.

La empresa diseña y desarrolla –con impresión 3D– prótesis craneales de PEEK, material empleado en la manufactura aeroespacial como aislante térmico, pero óptimo para uso en la industria médica. La gran virtud del PEEK es, quizá, tener una probabilidad de infección menor a 1%, a diferencia del metacrilato –material acrílico utilizado en los implantes más comunes– donde el índice es de 30%. Sin querer revelar costos, Monroy asegura que esta técnica representa una solución cuatro veces más económica para el paciente, pues a largo plazo no es necesario dar mayor ‘mantenimiento’ o requerir otro implante debido a infecciones.

Gabriel Villafuerte Jiménez, doctor en Neurociencias, asegura que, aunque no es una solución nueva, se trata de un proceso que en México sólo estaba en los artículos de investigación científica.