Hace 15 años, en México era impensable operar almacenes con tecnologías de la información para que las empresas pudieran responder rápidamente a la dinámica del mercado y a las preferencias de los clientes. Actualmente esto es casi una obligación en compañías que buscan mantenerse competitivas, de acuerdo con Raúl de Luna, consultor en logística y cadena de suministro.
En las distribuidoras, cuenta, nunca debe haber un producto agotado y una empresa sana debe, por lo menos, tener entre tres y siete vueltas de inventario por año, esto es, “que la bodega se vacíe ese número de veces”.
“Una bodega bien operada debe tener 98% de disponibilidad de sus inventarios; qué significa: que de cada 10 pedidos, se pueden entregar 9.8”, abunda.
Para lograrlo, la tecnología juega un papel crucial. Fue una lección que Tamex aprendió con buenos resultados.
La empresa dedicada a la venta y distribución de materiales eléctricos y cuyo centro de operaciones está en el parque industrial San Martín Obispo en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, recibe diariamente 2.5 millones de piezas, eso equivale a recibir 34 proveedores por día a través de ocho puertas de entrada y salida. A lo largo y ancho del lugar se observa el equipo para despacho y resguardo de los materiales, y a pesar de la naturaleza de los productos, todo aparenta estar en el lugar que le corresponde.
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