Los Consorcios Conacyt defienden su impacto y esperan que el nuevo gobierno dé continuidad a este modelo de colaboración entre empresas y la academia.
Aun año de arrancar operaciones, el Centro Nacional de Tecnologías Aeronáuticas (Centa) celebra sus primeros logros. El organismo forma parte del modelo de consorcios que creó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en 2017 para fomentar la colaboración entre academia y empresas manufactureras. “Hemos incubado a dos empresas y el caso más notorio es el de Horizontec, con la que estamos desarrollando un nuevo avión”, apunta Felipe Rubio, gerente del Centa.
Después de crear el primer avión mexicano, el Centa y Horizontec colaboran en el diseño y manufactura del prototipo H2.0, una aeronave de materiales compuestos de fibra de carbono. La idea es que las Pymes que tengan ideas sólidas y un enfoque pragmático se instalen en el centro, reciban el apoyo de los investigadores que integran el consorcio y tengan acceso a sus 70 laboratorios. “Esto tiene el potencial de detonar la producción en serie de aviones en el país”, señala Rubio.
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