Royals sin corona

Herederos de una casa real sin reino y descendientes legítimos de monarquías antiquísimas, tuvieron que sobrevivir en el exilio por problemas políticos y enredos amorosos.

- Karla Flores

El rey que abdicó por amor

EDUARDO VIII DE INGLATERRA

Tras la muerte del rey Jorge V, su hijo, el príncipe Eduardo, asumió el trono británico el 20 de enero de 1936.

A solamente unos meses de su reinado, Eduardo VIII le propuso matrimonio a la socialité estadounidense y dos veces divorciada Wallis Simpson. El anuncio trajo consigo una crisis política al interior de la Corona y del Parlamento. Y es que para muchos era inaceptable que el rey, que entre otras cosas era el jefe supremo de la Iglesia anglicana, se matrimoniara con una mujer divorciada, lo que iba en contra de los principios de la religión del pueblo inglés. Pero además el anuncio implicaba que, a nivel gobierno, se hicieran ciertas modificaciones a la ley de sucesión, que ni los integrantes del Parlamento ni los representantes de la Mancomunidad Británica de Naciones habrían aprobado.

Fue así como el 10 de diciembre de 1936, Eduardo VIII, a tan sólo 325 días de reinado y sin ser coronado, abdicó “en nombre del amor” a favor de su hermano menor, el príncipe Alberto, quien sería conocido como el rey Jorge VI, padre de la actual reina Isabel II de Inglaterra.

1. Eduardo VIII y su esposa, la socialité Wallis Simpson, se retiraron de la vida pública.

2. Simeón recuperó la nacionalidad búlgara y se convirtió en primer ministro.