Los 3 Potrillos, el eterno refugio

LLAMADO ASÍ EN HONOR A SUS HIJOS VARONES, AHÍ DIVIDE CARRERA ARTÍSTICA Y TIEMPO LIBRE

Desde pequeño, Vicente Fernández soñó con tener una propiedad enorme. “Hacía ranchitos con carretitas de plástico y vaquitas que moldeaba en plastilina”, recuerda el cantante, cuyo anhelo creció con los años, sobre todo cuando su carrera empezó a brindarle la posibilidad de apoyar a su padre, Ramón Fernández, quien se dedicaba a la venta de ganado a crédito.

Fue hasta principios de los 80 que vio cristalizado su deseo. En el kilómetro 20 de la carretera Guadalajara-Chapala erigió su refugio: el rancho Los 3 Potrillos, llamado así en honor a sus hijos varones. Ahí pasa la mayor parte del año, dividiendo carrera artística y tiempo libre.

“Viví algunos años en el Distrito Federal, pero no me paraban de llorar los ojos. Además, mi sitio es este. ¡¿Cómo voy a cambiar este aire puro por el de la Ciudad de México?!”, cuenta El Charro de Huentitán, quien decidió radicar ahí para seguir viviendo a plenitud, como hombre de campo que siempre ha sido.

Lo construí pensando en mis padres

Tengo una granja chiquita en San Pedro (Jalisco), pero un día compré aquí 15 hectáreas. Con el tiempo fui adquiriendo más y más ranchitos para agrandar Los 3 Potrillos, hasta que llegué a 200 hectáreas. Cada metro cuadrado me trae muchos recuerdos,porque cuando compré era pura breña (tierra escabrosa y poblada de maleza). Cada piedra, cada árbol, cada cosa que hay aquí, lo sembré pensando en mis padres, y se me mojaban los ojos porque no logré darles todo lo que me hubiera gustado”.