Priscilla a través del espejo

Sofia Coppola se adentra en Graceland para contar la cara menos conocida de la eterna pareja que formaron los Presley

- Por Irene Crespo

Suena Baby, I Love You, de los Ramones. Y un pequeño pie pisa una mullida moqueta rosa pálido. Así de chic, glamuroso, grandioso y cómodo pensó Sofia Coppola que debió de ser para Priscilla pisar por primera vez el mundo de Elvis. Su auténtico mundo, Graceland. Y en eso se resumía todo: cómo fue poner por primera vez un pie ahí y cómo fue sacarlo. Eso es Priscilla.

“A través de todas mis películas, siempre hay una cualidad común: siempre hay un mundo y siempre hay una chica intentando hacerse un camino en él. Esa es la historia que siempre me intriga”, confiesa la directora de Las vírgenes suicidas (1999) y Lost in Translation (2003) en su libro Sofia Coppola Archive que casi salió a la vez que su octavo filme.

Precisamente, por esas similitudes con sus anteriores títulos, en especial con María Antonieta (2006), Coppola fue reticente la primera vez que leyó las memorias de Priscilla Presley, Elvis y yo (1985), una década atrás. Pero después de la contemporánea On the Rocks (2020), la directora sintió la necesidad de volver a un mundo de época, y, tras ver que su proyecto de adaptar a Edith Wharton se venía abajo, cayó por casualidad de nuevo en el libro de Priscilla y esta vez le encontró sentido y distancia con sus anteriores filmes. O, más bien, una historia en la que condensar todo lo que había aprendido en el cine en los últimos 25 años. “Realmente pienso que es una culminación de todas mis películas”, confirma.