Secretos de un escándalo – Mujer contra mujer

Natalie Portman y Julianne Moore miden su talento en lo nuevo de Todd Haynes, un juego de espejos sobre una ama de casa, su joven marido y una actriz ambiciosa

- Por Paula Arantzazu Ruiz

SECRETOS DE UN ESCÁNDALO

La frondosidad de los robles dejándose caer por las calles de Savannah llena de voluptuosidad los primeros compases de Secretos de un escándalo, la nueva película de Todd.

Haynes. Sus atardeceres nacarados, su resplandeciente río, cercano a su desembocadura, su belleza aristocrática de otra época... "Esa ciudad, con su bochorno y su atmósfera inquietante, es extraña", dice el director de Lejos del cielo (2002) y Carol (2015) sobre el escenario de su película, contradiciendo el aspecto bucólico, de folleto turístico, con el que se vende. "No sé cómo decirlo, pero en esa ciudad sientes como si hubiera algo enfermizo atascado, como si faltara libertad", añade.

Hermosa y decadente por fuera, corrompida por dentro.

Así podríamos sintetizar, de manera tal vez demasiado sucinta, la historia que ocupa Secretos de un escándalo. El juego de espejos que plantea Haynes es, por supuesto, mucho más sofisticado, hasta el punto de poner en escena una fascinante lucha de poder -y por tanto un maravilloso duelo interpretativo- entre dos mujeres que no son más que dos caras de la misma moneda. Natalie Portman y Julianne Moore. Elizabeth Berry y Grace Atherton, respectivamente. La diva y la ama de casa. La joven actriz y la mujer madura. Dos perfiles y un mismo deseo.

UN GUION JUGOSO Y MALDITO