Todas las cosas buenas empiezan en un aeropuerto. Mientras esperaba mi vuelo, un jugador de béisbol estúpidamente atractivo se sentó a mi lado. Empezamos a hablar; al abordar el avión, preguntó a la azafata si podía cambiar su asiento para estar conmigo. Al final del trayecto, intercambiamos números y nos fuimos por caminos distintos, hasta que nos encontramos para cenar esa misma noche y tener sexo increíble en la habitación de hotel de su equipo; luego, no volvimos a hablar.
KAYLA, 28 AÑOS
En un viaje a Islandia con mi ahora prometido, fuimos a la Laguna azul. Debido a la sílice del agua, apenas se ve a través de ella. Es decir, privacidad total de cintura para abajo. Los cientos de personas que nos rodeaban podían mirar nuestras partes superiores moviéndose en el agua, pero con nuestras manos y mitades inferiores ocultas, tuvimos el más delicioso sexo secreto. Fingimos estar hablando ¡y nadie se dio cuenta!.
- KIM*, 30 AÑOS
This story is from the Mayo 2022 edition of Cosmopolitan en Español - México.
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