Kes quien siempre será la prima de una amiga para fines de licencia literaria, ajá; la misma que nunca será la portada de una Cosmo, pero soñaba con ello. La que aseguró que un golpe de suerte cambiaría su destino. La misma boba que creía la “descubrirían” sin esfuerzo de por medio (exceso de chic flicks y pocos baños de realidad). La traviesa K, quien creía que el príncipe azul debía llegar como destino manifiesto y no como algo que trabajar y buscar. La que desconocía la máxima: “Uno tiene la pareja que merece” y que existía la palabra plenitud, la misma que da más belleza, luz y juventud que cualquier outfit, makeup de vanguardia o lifting. La intrépida K; esa que creía que solo por existir se le abrirían las puertas del paraíso.
This story is from the Octubre 2020 edition of Cosmopolitan en Español - México.
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