La voz de Guillermo Arriaga es firme y segura. Incluso a través de las bocinas de la computadora, pues la contingencia sanitaria que vivimos en estos días no permite un encuentro en persona. Se muestra paciente y generoso ante la falla de la señal y no permite que eso obstaculice la conversación sobre Salvar el fuego, una historia de amor, pero no romántica ni, mucho menos, cursi. Al contrario, tiene la crudeza de la realidad violenta del país, en todos los niveles. Una empresa nada sencilla que hace que parezca increíble que Guillermo no tenga claro los giros que dará la historia. “No planeo lo que va a pasar con los personajes. No tengo idea de cuál es la historia o de la estructura. La escribo como si fuera yo el lector y descubriera lo que sucederá al pasar de página en página”, explica el autor de seis novelas, guiones cinematográficos y ganador de varios reconocimientos.
This story is from the Mayo 2020 edition of Harper's Bazaar en Español.
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