KEN FOLLETT

tiene dos deseos: que no olvides esta historia. Y que nunca, jamás, se haga realidad. El escritor británico regresa al 'thriller', el género literario con el que debutó. 'Nunca' (Plaza & Janés) despega en la actualidad y aterriza en la amenaza de otra guerra mundial.

- Alba Díaz

Bajo este manto gris en el cielo tan propio de Londres, la ciudad amanece en su estado más natural: con olor a café, a humedad. Desde uno de los laterales del parque de St. James, en obras, suenan taladradoras martilleando el suelo. Las gentes en trajes y tacones cruzan y se esquivan a un ritmo frenético. Al otro lado de la acera existe imponente la calle Palm Hall y, enfrente, el Reform Club. El club social, fundado en 1836, es un recordatorio del avance del país hacia la democracia en el siglo XIX. Aquí convoca la cita él, Ken Follett (Cardiff, 1945).

Afirmó una vez no poder imaginar escribir una novela sobre el tiempo presente. ¿Qué pasó con Nunca?

Como escritor debería reinventarme cada cierto tiempo. Lo hice con La isla de las tormentas, que fue completamente diferente a lo que había hecho antes; más difícil de escribir, pero fue un éxito. Creo que es algo nuevo para mí, no a menudo, tal vez cada 20 años.

Nunca es el resultado de su preocupación por la dirección que el mundo está tomando. ¿Crees que lo peor puede ocurrir en cualquier momento?

Muchas cosas pueden pasar. La guerra es una de ellas, una pandemia o un mayor avance del cambio climático. Podemos sufrir un conflicto entre países porque el presidente de Estados Unidos sea un idiota. Ahora sabemos que eso es posible. Cada personaje de Nunca en un puesto de poder está intentando evitar una guerra y, a medida que se acerca, la crisis se convierte en una escalada inminente.