¡Gracias por todo, papá!

Te dio regalos, aconsejó, jugó contigo, te regañó y... te ayudó a ser la mujer que eres hoy.

- María del Carmen López

Fuerte, valiente, protector, inteligente, estricto, disciplinado, divertido, son algunos de los calificativos que con mayor frecuencia se pueden escuchar cuando se trata de definir a un papá que ha estado presente y que se involucra en la educación de sus hijos.

Para las mujeres, su imagen es determinante; es la que define cómo verán a los hombres a lo largo de la vida, el concepto que tienen de ellos y el tipo de pareja que eligen. Su relación con papá les permite saber la forma en que deben ser tratadas por los varones y a partir de como él trata a mamá, lo que pueden esperar de ellos.

El psicólogo Hans Olvera, investigador de la Universidad Iberoamericana, explica que la presencia o ausencia de un padre influye en gran medida en cómo se desarrolla una persona y los elementos que adquiere para hacer frente a la vida.

“Culturalmente estamos acostumbrados a ver a la madre como la creadora del todo, mientras que la presencia del padre se disminuye. Es tan determinante esta situación que se piensa que cuando la mamá se queda sola a cargo de los hijos, ella es capaz de hacer el papel del padre, refiriéndose a que lleva el sustento, pero la función del varón es mucho más compleja que esto, pues aporta las características del comportamiento masculino”, explica el especialista.

En este sentido, como agrega Hans Olvera, tanto hombres como mujeres tenemos características psicológicas que compartimos y necesitamos desarrollar adecuadamente, por lo cual, es apremiante que padre y madre compartan la educación de los chicos con el fin de que tengan amplias habilidades.

En la voz de un padre