A esta cocina se le destinaron los metros cuadrados ideales para obtener cada una de las áreas que la componen: barra de preparación de alimentos; isla con una barra que se prolonga para formar una mesa para 5 personas; estantería para almacenaje; refrigeradores y torres de horno, y un librero con pantalla que se disfruta a todo lo ancho del lugar; además, el espacio se abre hacia una linda terraza rodeada de plantas.
Es acertada la combinación entre los materiales, ya que el piso luce majestuoso, y la cubierta blanca de la isla combinada con madera clara, aportan belleza sin competir; además, el acabado gris en gavetas superiores y en algunos de los libreros da ese toque de sobriedad que crea el equilibrio perfecto.
Con un aspecto más minimalista, estas cocinas cuentan con el mobiliario meramente necesario y sus acabados son de aspecto ligero, por lo que se siente una intención de que ésta, aun estando completamente inmersa en el espacio social, no protagoniza, sino que se integra discretamente al ambiente.
El cambio de pavimento no sólo subdivide las áreas de manera virtual, sino que tambien dota del piso ideal para la correcta limpieza de las sustancias que pudieran caer durante la preparación de los alimentos.
Con tan espectaculares paisajes, estas cocinas han sido dispuestas para que los habitantes tengan la libertad visual que les permita disfrutar plenamente del exterior. Sus materiales -piedras y madera-se integran con el contorno, al tiempo que los tonos neutros dominan la escena, facilitando una contemplación nítida de los colores de la naturaleza.
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