Todavía no eran ni los años 70 y entre Palo Alto y Mountain View, en la bahía del sur de San Francisco, se desarrollaban una serie de feroces startups informáticas (que se sumaban a otras ya presentes como Hewlett-Packard) para empezar a tomar el lugar de los huertos de peras, albaricoques o ciruelas que hasta entonces dominaban el “Área de la Bahía”.
Al mismo tiempo, el estilo tradicional e institucional que caracterizaba a las empresas de la costa este –saco y corbata, limusina con chofer y oficinas de gran altura– fue reemplazado por un estilo informal e igualitario, casi inevitable en un estado como California, que en esos días se daba a conocer en todo el mundo primero por la generación Beat y luego por los hippies, pero también por las luchas de los derechos civiles, los surfistas, los bikers Easy Rider y por sus serigrafiados personalizados.
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