Abandona la búsqueda de una piel perfectamente retocada y adopta la apariencia del momento inspirada en el wellness. Seguramente terminarás sintiéndote mejor que nunca.
La revolución comenzó el 19 de mayo. Nos habíamos acostumbrado a las pieles retocadas de Instagram, pestañas falsas y un brillo para labios que se secaba como pintura para carros. Era el momento ideal de dar paso a algo más suave, hermoso y más humano. Ese día, el maquillista Daniel Martin envió a Meghan Markle camino al altar con sólo un poco de base y bálsamo para labios, desencadenando un debate global de belleza que sólo fue opacado por las fascinaciones del vestido. Aunque algunos creyeron que el maquillaje de bodas debe apreciarse desde cualquier asiento de la iglesia, otros vieron el trabajo de Martin como un cambio sísmico: si Markle se sentía cómoda con el mundo viéndola entrar sola al recinto, con el rostro casi al desnudo (y unas cuantas pecas asomándose), el universo del maquillaje había cambiado.
This story is from the Marzo 2019 edition of Harper's Bazaar en Español.
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