Omar Chaparro Comiéndose Al Mundo

Las dudas que surgieron a Omar Chaparro por haber renun-ciado a un jugoso contrato de exclusividad, le llegaron cuando ya se había mudado a vivir a Los Ángeles.

Hollywood es un lugar que aparenta conceder todos los deseos pero los reserva para aquellos que no se rinden y él es de esa estirpe. Dos años y medio después está viendo los frutos de haber dado un salto al vacío sin red de seguridad a sus pies y cargando con el destino del resto de su familia, quienes tuvieron que empezar de nuevo junto con él, pero que ahora están perfectamente asimilados.

“Me cae en gracia que digas que es la tercera temporada porque sí, se puede decir así –comenta Chaparro en nuestra conversación al término de la sesión fotográfica–. La primera fueron mis inicios en Chihuahua, donde fui imitador de Michael Jackson, repartidor de pizzas y taquero, luego mi trabajo en la radio; la segunda temporada fue todo lo que sucedió acá en Ciudad de México, que fue una transición muy compleja venirme de mochilazo. Estuvo difícil, pero me trajo después muchas bendiciones, pues me recibió muy bien la gente cuando me di a conocer. Y la tercera temporada justamente es eso; haber decidido darle un giro a mi carrera y a mi vida, llevándome un poquito entre las patas a mi familia”.

Lo más difícil de su primer gran salto aventurero le costó mucha soledad y llanto, pero llorar delante de sus hijos no fue una opción al ver que las cosas no serían fáciles y tener que fingir frente a sus hijos que todo estaba bien, aunque no fuera así: “Verlos a ellos incómodos fue la parte más compleja. Los había sacado de su zona cómoda y creo que me faltó pensar en ellos cuando decidí mudarme a Los Ángeles”.