¿Cómo responde el cuerpo al miedo?

Cuando nos asustamos se activa un complejo mecanismo de defensa que nos incita a escapar o enfrentar el peligro inminente.

- Mindy Weisberger

Es de noche, caminas por una calle solitaria y el sonido de unos pasos te sorprende por la espalda. Al girarte, un tipo con mirada de psicópata levanta un cuchillo... Imaginarte como protagonista de esta escena puede bastar para provocarte escalofríos, pero al margen de situaciones terroríficas universales, ¿por qué ciertas cosas asustan a unas personas y a otras las dejan indiferentes?

Las influencias culturales pueden explicar que algunos individuos les tengan miedo a los gatos negros o a los payasos, por ejemplo, aunque existen desencadenantes universales del miedo, según afirma la neuropsiquiatra Katherine Brownlowe, investigadora en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio (EUA).

"Por lo general son cosas que representan un peligro de muerte. Las alturas, algunos animales como las arañas, los rayos, alguien con una actitud violenta hacia ti... La gente suele temer estas situaciones, animales y fenómenos en todo el mundo", explica.

¡Pelea o corre!

El miedo es, ante todo, un mecanismo de supervivencia. Cuando nuestros sentidos detectan una fuente de estrés que puede suponer una amenaza, el cerebro activa una cascada de reacciones que nos impulsan a luchar por nuestra vida o a escapar lo más rápido posible: es lo que se llama el sistema de lucha o huida. El miedo se regula en una parte del cerebro localizada en el lóbulo temporal, la amígdala. Cuando esta estructura se activa en una situación de estrés, deja en segundo plano al pensamiento consciente para que el cuerpo pueda dirigir toda su energía a enfrentarse a la amenaza.