Es una de las figuras más relevantes en nanotecnología. Sus aportaciones incluyen el descubrimiento de las escaleras de Stark y los primeros estudios del efecto túnel resonante.
Emilio Méndez Pérez era un joven apasionado de la ciencia cuando se graduó como licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid y se doctoró en Física por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Poco después, se convirtió en investigador del laboratorio Thomas J. Watson del gigante tecnológico IBM. Eso fue en 1979. Allí comenzó a trabajar en la manipulación de la materia en escala atómica, con lo que se convirtió en pionero de lo que para la década de los 90 y hasta ahora sería toda una revolución: la nanotecnología.
Entre sus más destacados descubrimientos se encuentra el de las llamadas escaleras de Stark y los primeros estudios del efecto túnel resonante, aportaciones que le valieron, junto con el también físico español Pedro Miguel Etxenike Landiríbar, el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científi ca y Técnica 1998.
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