Estar formado en la fila del mostrador de la aerolínea me entusiasma. Voy a francia, a la región de aquitania. El mostrador de air france luce atiborrado de viajeros, todos parecen tener prisa por tomar ese vuelo a parís, la ciudad más visitada del mundo. El boeing 747 de air france va su máxima capacidad, me entusiasma saber que podré conocer el suroeste de francia, la región conocida como aquitania. Después del vuelo y llegar al aeropuerto charles de gaulle, pronto subí a otra aeronave para llegar a orly. Allí con una mirada perdida gracias al jet lag, el capitán de la aeronave anuncia que ya estamos en biarritz, la puerta de entrada al “otro sur de francia”, a la tierra del surf, el lujo, los vinos y la gastronomía. Desde el aire descubro el mar cantábrico y me preparo para el descenso.
Ami llegada, en la banda de equipajes ya me recibe Catherine Lamazerolles, una española de la región de Extremadura radicada en Francia desde hace, por lo menos, un par de décadas, así que el idioma no es un problema –menos en esta región ubicada muy cerca de España–, ella será mi guía.
Durante el trayecto, Catherine hace una radiografía imaginaria de las atracciones que podré ver en esta zona. Ya son las 11:17 de la noche. Las calles de la ciudad lucen desiertas, pero al mismo tiempo permiten que aprecie su arquitectura moderna que se funde con algunas casas de tipo vasco, con sus grandes fachadas de madera rojiblanca, demostrando su pasado con orgullo.
Metros adelante, frente al mar, descubro con la mirada un palacio. Catherine sostiene con una mano el volante el auto, cambia de velocidad y señala el edificio mientras me dice: “es el hotel donde pasarás la noche”. Se trata del HoÌ‚tel du Palais, un edificio que fue originalmente la residencia de verano de la emperatriz Eugenia, esposa del emperador Napoleón III. Un guardia de seguridad nos permite el acceso. Sorprendido, imagino el pasado de este lugar, cuando en el año de 1854, la esposa de Napoleón III decide poner la primera piedra de este palacio, que en ese entonces fue llamado Villa Eugenia. Como si me encontrara en un set de una novela épica, el concierge me da la bienvenida mientras me registro en la recepción del hotel. Por aquí desfiló casi toda la nobleza europea desde el siglo XIX hasta el XX. Marcó todo un estilo de viaje en la región; era el Segundo Imperio, cuando sus visitantes le dieron la fama de “Biarritz, reina de las playas y playa de los reyes”.
Diese Geschichte stammt aus der Febrero 2017-Ausgabe von FORWARD TRAVEL.
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