Omelette a la mexicana

Soy una mascota eminentemente viajera, pero a veces se me antoja bajar un poco el ritmo y dedicarme a pasear por la ciudad con mi mamá.

- Por Omelette. Fotos DAvid Paniagua

En esta ocasión decidimos cono-cer la más reciente atracción de la CDMX: el parque La Mexicana, en Santa Fe. Vaya que hacía falta algo así en esa zona, hasta es considerado como “el nuevo pulmón de la ciudad”. Y como no, si tiene una extensión de 30 hectáreas, casi tres veces el tamaño de la Alameda Central.

Así que subimos al coche y nos dirigimos hacia allá. Lo mejor es ir a “horas no pico” entre semana, para trasladarse más rápido y que no haya tanta gente. Al llegar me impresionaron los enormes edificios que rodean el parque y que le dan un aire sofisticado y cosmopolita. Empezamos a caminar, claro, yo siempre con mi correa siguiendo las reglas del lugar. A mi paso me encontré a varios colegas, nos olfateamos y noté que todos parecían dirigirse al mismo lugar. Caminé y caminé hasta llegar a uno de los jardines caninos más bonitos que había visto en mi vida de viajera. De las cosas que más llamó mi atención es que está dividido en dos zonas, una para perros grandes y otra para pequeños, así que nada de ser atropellada por un gran danés mientras persigo la pelota. Dentro de cada una de las áreas designadas para nosotros hay bebederos (aunque no me animé a tomar agua de ahí ya que algunos canes los usan más bien como mini albercas); hay botes de basura especiales para las heces y juegos que nos animan a aprender trucos nuevos, como rampas, túneles, subibaja, entre otros.