Danza laberíntica

En Zapopan, Jalisco, esta casa diseñada por Javier Dueñas y el despacho de Kenya Rodríguez refleja un sutil juego de equilibrio.

- KARINE MONIÉ

Dar vida a un hogar —desde el exterior hasta el mínimo detalle en el interior— requiere visión, talento y esfuerzo. Los miembros de los estudios de Javier Dueñas y Kenya Rodríguez pusieron toda su energía al servicio de este propósito y el resultado no miente. Como punto de partida, tomaron en cuenta las características del terreno y el entorno general para crear un diálogo entre el proyecto y su contexto. “Entender esas tensiones y latitudes es fundamental, como un laberinto donde el muro y el camino se entrelazan, a veces cortándose el paso, a veces cediendo, pero siempre acompañándose”, comentó el equipo. La comprensión de cómo lo lleno y lo vacío se entrelazan y la forma en que las personas habitan la arquitectura guio cada etapa del proyecto.

Ubicada en la ciudad mexicana de Zapopan, en el estado de Jalisco, la casa se organiza en tres “cuerpos” —dispuestos en tres patios— “que establecen el discurso, cada uno con su propia voz que se homologa a través del uso de una materialidad sobria y neutra”, añadió el equipo.