LA SOMBRA O LA LUZ

TRAS EL FALLECIMIENTO DE ELOY VALLINA LAGÜERA, PRESIDENTE DE ACCEL, EN OCTUBRE DEL AÑO PASADO, EL EMPRESARIO DEJÓ SOBRE LAS ESPALDAS DE SU HIJO, ELOY VALLINA GARZA, TODA LA RESPONSABILIDAD DE ESTA COMPAÑÍA FAMILIAR. ESTA PUEDE SER UNA CARGA MUY PESADA O UNA GRAN OPORTUNIDAD.

-  César Martínez Aznárez

Nadie es imprescindible, reza un dicho popular. Sin embargo, cuando muere el líder de un grupo poderoso, la historia muestra que hay algunas consecuencias, entre ellas, la ausencia de la voz de mando, necesaria en las organizaciones verticales.

Eloy Santiago Vallina Garza (se debe prestar atención al segundo apellido, para no perderse) es el ceo de la compañía Accel, que también es el nombre de la marca de su división de Logística (Accel Logística), pero que, como empresa, tiene 91% de los ingresos en su otra división, la de Manufactura, que fabrica y vende dulces.

Tras la muerte de su padre, Eloy Santiago Vallina Lagüera, en el décimo mes de 2022, inesperada (los medios hablaban de una cirugía de cadera rutinaria, a la que no pudo sobrevivir), Vallina Garza fue designado al mes siguiente para ocupar la presidencia del Consejo de Administración de Accel que su progenitor había dejado vacante.

Vallina Garza es un hombre maduro, tiene 51 años, y cuenta con una larga experiencia en el cargo, 18 años desde que asumió la dirección general de esta empresa por primera vez (tuvo un reemplazo por escaso tiempo). Incluso había suplido a su padre en la presidencia entre 2005 y 2008. Nadie puede dudar de su background ni de sus capacidades. El punto es otro.

La edad, la madurez, la experiencia acumulada no siempre sustituyen la presencia de la figura de su antecesor, sobre todo cuando se trata de una presencia tan fuerte, que dejó zapatos difíciles de llenar.